El Micelio es uno de los sistemas vivos que más abundan en el planeta, es un tejido compuesto por micro fibras similares a hilos y que forman parte de las raíces de los hongos, crecen debajo de la tierra y dependiendo las condiciones ambientales, como la humedad o temperatura puede ser de crecimiento rápido.
Algunas empresas como MycoWorks y Ecovative design han logrado obtener micelio en laboratorios y convertirlo en un bio-plástico, un material que no genera impacto ambiental ni residuos, un problema común en algunos materiales de construcción que resultan también tóxicos como son las resinas, solventes, algunos tipos de granitos o gases.
Producir bloques de Micelio es un proceso relativamente sencillo si se tienen las condiciones indicadas para su reproducción.
Las esporas de los hongos deben mezclarse con otros componentes , en este caso, desechos agrícolas que pueden ser tallos o cascaras de semillas, caña de azúcar o astillas de madera.
Los hongos empiezan a consumir los nutrientes a gran velocidad convirtiendo la mezcla en una masa densa , la cual se traslada a moldes para lograr el tamaño deseado.
Los moldes deben ser de superficie lisa y uniforme, preferentemente transparente para controlar el crecimiento, cerrados herméticamente pero con un filtro facilitando el intercambio de gases con el exterior. Estos moldes pueden ser de plástico re-utilizable, vidrio o metal. La humedad y ciertos requisitos sanitarios son factores importantes para no ocasionar una infección en el material durante el proceso.
Cuando se logra desarrollar completamente y se retira del molde, el mismo material ,al tener contacto con el exterior, genera una piel gruesa de auto-protección.
Terminando el proceso, los bloques se hornean a temperaturas entre 70 y 90 grados para facilitar la deshidratación, matar al organismo y detener el crecimiento.
El micelio tiene varios usos dentro de la construcción y del diseño: tabiques, paneles estructurales, membranas aislantes, placas acústicas y resulta ser un excelente adhesivo con materiales naturales como el yute, cáñamo o madera, evitando así el uso de resinas volátiles, tan perjudiciales para el ambiente y la salud.
Aunque todavía se encuentra en fase experimental, con las geometrías indicadas y ensambladas en combinación con otros materiales es posible lograr estructuras para viviendas de hasta dos niveles.